viernes, 2 de junio de 2017

EL CEREZO Y LA TORMENTA

¡Hola! Ya sabemos que llevamos muuuuuuuuuucho tiempo sin colgar nada y sin hacer muchas cosas divertidas... Pero aquí estamos de vuelta. En fin, ya no me enrollo más.

Hace unos días, participé en un concurso literario y escribí una historia que la titulé "El Cerezo y La Tormenta". Aunque no gané, no pasa nada.
A continuación tenéis mi pequeño relato:




EL CEREZO Y LA TORMENTA

Un día como cualquiera, Sakura, después de hacer sus deberes, iba al jardín y se sentaba apoyándose en el árbol que había. Siempre se preguntaba cómo podía el ser humano destruir algo tan bonito. Nunca llegaría a entenderlo. Cada vez que quería desconectar totalmente de las tecnologías y de la vida cotidiana se adentraba en aquel bosque de cerezos que estaba cerca de su jardín. No es que no le gustase la tecnología y todo aparato tecnológico. Solo es que a veces se cansaba de eso y necesitaba desconectar. A veces cogía un libro y se lo leía, a veces pintaba lo que veía y a veces, simplemente apreciaba el paisaje. Cuando iba al bosque siempre se relajaba. Era como si le transmitiese ondas positivas y le hiciese librarse de todo estrés posible y de todo lo negativo. Se podría decir que el bosque, o mejor dicho, la naturaleza, era su mejor amiga.



Cuando seguía paseándose por el bosque, todo seguía igual de tranquilo pero, de repente vio algo o alguien extraño. Normalmente no pasaba nada ni nadie por allí. Su sombra se iba difuminando entre la hierba verde de lo rápido que iba. De repente, por donde pasaba, el paisaje se volvía oscuro y triste y Sakura empezó a tener escalofríos. Comenzó a oscurecerse el cielo y a llover.
Como era muy curiosa, decidió seguir a aquella figura desconocida para saber qué era, a pesar de que aquel ''ser'' no le inspiraba confianza y su consciencia no le paraba de repetir que no fuese. Avanzó rápidamente y a medida que se acercaba más, lo veía más nítido y supo que era un hombre. Lo siguió de manera disimulada aunque parecía que ese hombre no se daba cuenta de su presencia. Sakura quería saber qué hacía allí porque no era muy normal ver alguien en el bosque a no ser que quisiese hacer un picnic mientras celebra el florecimiento de las flores pero, este festival se hace en familia y aunque sea primavera, hace tiempo que florecieron las flores de los cerezos.
Cuando esa persona comenzó a aflojar su velocidad y parecía que estaba a punto de llegar a su destino, al fondo, se encontraban un grupo de personas que esperaban a aquel hombre. Entonces, Sakura se escondió detrás de un árbol un poco cercano a ellos y vio que tenían un plano.

-Hola -dijo el hombre.
-Hola -dijeron el resto a coro.
-Este lugar es perfecto para construir un campo de fútbol.
-Pues sí, tienes razón -dijo uno de los otros hombres.
-¿Me enseñáis como tenéis planeado construir el campo de fútbol?
-Mira, tú mismo puedes ver en esta hoja las medidas y todo lo planeado. Será un campo muy grande.
-Estoy de acuerdo con lo planeado -dijo el hombre después de haberse mirado la hoja.- Pasado mañana comenzaremos cortando los árboles.

Después de escuchar la conversación, Sakura volvió corriendo a casa. No podía dejar de pensar en el bosque porque sabía, o eso al menos creía, que no podía hacer nada para solucionarlo. Pensó y pensó y nada se le ocurrió. Pasaron las horas y seguía igual así que lo dejó. Encendió el portátil y comenzó a ver páginas en Internet hasta que vio un anuncio que no le dejaba quitarlo y el ordenador se bloqueó. De lo aburrida que estaba, leyó el anuncio (y eso que no le interesaba ninguno) y entonces se le ocurrió crear un blog donde hablaría sobre el medio ambiente, la contaminación, deforestación, el cambio climático.etc. También explicaría lo que tenían entre manos unas personas para que así la gente podría opinar y a lo mejor ya no construirían nada. Pero no, no fue así. El día que iban a cortar árboles, Sakura volvió al bosque. Al llegar en el lugar que estaba el día anterior, vio que estaban a punto de comenzar. Afortunadamente, resulta que se habían olvidado algo y dejaron las sierras en el suelo. Entonces, Sakura las cogió y las escondió. Cuando volvieron esos hombres, no encontraron las sierras y tuvieron que quedar la siguiente semana para cortar los árboles.
Ya que ahora sabía más información, debía de hacer algo más para frenarlos, creó un anuncio diciendo que a quién le interese salvar el hermoso bosque de cerezos, que fuese a protestar. 
El día de la protesta se acercaba, y cada vez se ponía más nerviosa porque pensaba que sería la única que iría pero intentaba ser optimista. 



Por fin el día llegó, Sakura no creía lo que estaba viendo. Parecía un sueño. Había muchísima gente, entre ellos, se encontraban futbolistas, personas que les gusta el deporte, adolescentes, adultos. Es decir, habían personas de todas las edades. 
Los que iban a destruir el bosque, llegaron con sierras e intentaron pasar con excavadoras pero no pudieron. De la cantidad de gente que había se asustaron y comprendieron que no se puede destruir algo tan bello para poner un campo de fútbol. Hay lugares donde no hay nada y donde sí que se puede construir un edificio. 
Sakura se dio cuenta que a veces si uno lucha por lo que cree, conseguirá lo que quiere siempre que lo que piense sea justo.









POR AMAL

2 comentarios:

  1. Me gusta el relato, hay que salvar el medio ambiente
    Tu dibujo también me gusta

    ResponderEliminar
  2. Para mí eres la ganadora

    ResponderEliminar